jueves, 19 de marzo de 2009

Nuevo Flan Bolonia

No, no me he equivocado en el título, he usado la letra "f" en vez de la "p" en el encabezado porque así es como nos quieren vender el Plan Bolonia, como un dulce apetecible para todos (sobretodo para los universitarios).

Viendo las imágenes de ayer por la televisión en las que aparecían jóvenes protestando en Barcelona contra el desalojo de la ocupación de la Universidad pública a uno se le encoje el estómago y se le llena de ira el corazón. Hacía tiempo que la policía no empleaba esa dureza en las calles para reprimir una manifestación, haciendo uso de las porras con rabia como si fueran asesinos con navaja en mano. Qué poco se les ve esa valentía frente a manifestaciones etarras, contra la kale borroka, ni en barriadas causantes del suministro de droga del resto de las ciudades; no, ahí la valentía (quiero creer que sea eso y no decisiones políticas...) no aparece. Los perros del Gobierno de turno se emplean a fondo siempre contra estudiantes y trabajadores.

De sectarios, radicales, grupos antiglobalización se les tilda a esta generación que trata de defender su futuro por medios de comunicación como Onda Cero (Las Mañanas de Herrera). Son chicos que salen a la calle y tratan de llamar la atención contra lo que va a suponer la mercantilización de la Universidad y la puesta en bandeja de la misma frente a la empresa privada.
Con la excusa de que se va a unificar planes de estudio para que un estudiante de Bélgica (o cualquier país de la U.E.) pueda convalidar sus estudios allá para trabajar aquí, se nos trata de presentar el pastel como más sabroso. Pero vaya, ¿cuántos ciudadanos Belgas, Eslovacos, Alemanes o Suecos se mueren por venir a trabajar a España o viceversa? ¿No será que con este Plan Bolonia titulados universitarios de países más pobres como Rumanía pueden trabajar en España por más sueldo aquí que en su país?

Digamos que si antes nos vendían la moto de abrir la frontera a inmigrantes para trabajar en sectores que no quería trabajar el ciudadano español (construcción, agricultura, sevicios...), ahora con esta medida ya se incorporarán también mano de obra barata, pero cualificada, señores. Los empresarios se empiezan a frotar las manos, pero no acaba ahí la cosa, dado que aún hay que hacer una lectura más pesimista.

Está muy bien el acercar la Universidad al mercado laboral dado que no es posible estudiar planes obsoletos de los años 70, como me pasó a mí al estudiar Ciencias Empresariales durante los 3 años de carrera y no ver un ordenador y hacer la contabilidad con papel, lápiz y goma de borrar desde 1994-97. El hecho de acercar los horarios de clases a los de las empresas, el anotar faltas de asistencia para hacer un seguimiento del alumno son medidas por las que no nos debemos rasgar las vestiduras.
El que haya estudiado una carrera universitaria admitirá que los mejores años de su vida los pasó así: de fiesta de la carrera tal en fiesta de la carrera cual, y tiro por que me toca, en el "hoy no me apetece ir a clase, me quedo en la cama, ya me pasarás los apuntes", con casi más horas en el bar de la Facultad que en clase, y ya si fuiste de Erasmus por Europa te tocó la lotería. El programa "Muchachada Nui" que se emite en la 2 hizo alusión al mismo, y reflejaba muy bien lo que es: vacaciones europeas en las que se va de fiesta en fiesta, en las que uno se preocupa más por dormir en cama ajena que en la suya propia y en las que los exámenes son más fáciles que en España debido al idioma, con dos cojones.

Me parece muy bien el "corregir" estos aspectos, pero no oigo a los defensores de este Plan comentar los detalles tales como las becas préstamo ni los Másters de fin de carrera.
La beca préstamo la concederán a estudiantes con la condición de devolverlas (hasta en 15 años) una vez que se ponga a trabajar, frente a toda beca prestada ahora que, como su nombre indica, es a fondo perdido sin la obligación de devolver. Por otro lado, el citado Máster deberá cursarse de forma obligada en la mayoría de las carreras para obtener el título de la carrera; el cual oscilará entre 5.000-6.000 eur.

Declaraciones del S.E.I. (Sindicato de Estudiantes de Izquierdas):
"Se crean dos niveles de estudio: El primer nivel es el de Grado con una duración de tres o cuatro años, con el objetivo de proporcionar, “unos conocimientos generales básicos para la integración en el mundo laboral”, que dan lugar a los títulos de Licenciado, Arquitecto o Ingeniero. Para obtener estos títulos habrá que superar un examen de evaluación general del Grado, incluso teniendo todas las asignaturas aprobadas. Si no se supera este examen ni se obtiene el título, ni se puede optar al nivel de Postgrado. La conclusión es clara, se reduce el número de alumnos en la Universidad, con lo cual se reduce el gasto público y sé desincentiva a los alumnos a seguir estudiando.

El segundo nivel es el de Postgrado, donde se integran los títulos de Máster y Doctor. El título de Máster sustituye a las especialidades de las actuales carreras. Para poder acceder a este nivel de estudios, habrá que superar el examen del Grado y posteriormente la Universidad, donde se imparten los estudios de Postgrado puede escoger a sus alumnos según propios criterios de elección.
Al existir un ranking de Universidades (aprobado por la LOU), habrá una distribución de la financiación pública, y existirán Universidades de 1º y de 2º categoría. De esta manera se corre el peligro de que las Universidades de 1º categoría elijan a sus alumnos según criterios arbitrarios, que no favorezcan la igualdad de la Universidad pública y que los títulos de dos Universidades distintas no tengan el mismo valor.
Hay que decir que el precio de la matrícula de este segundo ciclo ronda los 6000 euros, con lo cual la criba no es sólo académica, sino fundamentalmente económica. El gobierno, tras la sombra de la U.E., trata de construir una universidad al estilo de la de EEUU, sólo accesible para los hijos de la élite, los futuros dirigentes de la sociedad de mañana."

En resumidas cuentas, más que un dulce se convierte en un medicamento para luchar contra el virus de la clase media.
Gracias, pero no tomaré postre.

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