domingo, 15 de febrero de 2009

Yes, can we...?

Alemania, actual motor de Europa desde hace años, tras perder dos guerras mundiales (Japón la podemos incluir también para el ejemplo) nos enseña que se pude resurgir de las cenizas cual ave Fénix para llegar a ser una de las actuales potencias mundiales.
España, en la actualidad y de seguir así, nunca llegará a ser como ellos. Principalmente y, en resumidas cuentas, por culpa de nuestro egoísmo y aburguesamiento, nuestra forma de pensar y entender la economía, anteponiendo el bienestar personal al social, lo fácil a lo práctico y lo rápido a lo necesariamente pausado.

Triste es que en este país, el "yes, we can" tan repetido en la campaña electoral de el actual presidente de los EE.UU., el Sr. B. Obama, para alientar a los electores y creer en su programa electoral para cambiar el mundo, lo entonemos los españoles para alientar a 11 hombres vestidos de corto corriendo tras un balón para levantar una copa (si por lo menos fuera la del Santo Grial...).
El país se paraliza y todos sacamos "la roja" para demostrar el vecino que uno es más español que la siesta, que uno vive los colores y anima hasta el último aliento para que ganemos algún título (que, por cierto, ya iba siendo hora). Hasta que ha llegado la Eurocopa 2008 en la cual nos hemos coronado por méritos propios, no hay que discutirlo.

Se nos hincha el pecho al ver como España es una de las potencias mundiales, si señor, pero estamos hablando de fútbol, señores. ¿Y en el terreno económico, social, de Justicia, de sanidad, de corrupción...?
Es triste ver después manifestaciones de trabajadores en la calle defendiendo su puesto de trabajo, o personas en contra de privatización de la Univerdidad (por poner unos ejemplos), a la que acuden cuatro y el de la guitarra.

Debemos pararnos a pensar y cambiar la concepción de negocio-empresa: la persona que crea un negocio lo suele hacer para, en resumidas cuentas, ganar más dinero.
El problema es que a la hora de hablar de sueldos, beneficios, costes, cuentas de pérdidas y ganancias, etc., el "yes, we can" se olvida, así como la solidaridad, el buen hacer, la ética y lo correcto (ya más en épocas de crisis).
La cultura empresarial española es, desde hace muchos años, egoísta y avariciosa: quien puede defraudar al fisco lo hace, y, si encima lo cuenta en la taberna de turno, saca pecho y se mofa de su inteligencia ante los demás; quien puede abandonar sus ideas políticas por maletines y de paso, vender un país, no dudará (curioso el caso de el Sr. Alcalde de Zaragoza, el Sr. Belloch, que cambia el nombre de una calle franquista - General Sueiro - en base a eliminar resquicios del franquismo, por el de Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, con dos cojones); quien puede robar al trabajador para poder disfrutar aún más de un nivel de vida más elitista si cabe, lo hará.

Hoy buscamos la cultura empresarial del "pelotazo", el hacerse uno rico cuanto antes sea al precio que sea en algunos casos, máxime si la Justicia es la que es y, al descubrir políticos malversando caudales públicos, éstos no llegan ni a conocer el color de las paredes de prisión. Eso sí, al pobre que cojan con un trozo de pan que haya cogido para comer, le destrozan la vida. Por lo tanto, la ley te lo dice claramente: si la vas a hacer, hazla gorda. Véase casos como El Dioni, L. Roldán, Mario Conde, etc...

Volviendo al tema en cuestión, aquí nadie dice de levantarse contra el capital e instaurar el comunismo, sino de remar todos en la misma dirección, porque una familia no funciona si cada uno de sus miembros tiran hacia un lado y, queramos o no, España es una gran familia (bien-mal avenida); y de no desviar la atención de las crisis hacia otros temas. Mucho menos culpar por ejemplo a los trabajadores de la actual situación, como hizo el Gobernador del Banco de España en recientes declaraciones, que proponía medidas como abaratar al despido enla lucha contra la crisis (manda huevos...), ni recortar sus prestaciones sociales ni sueldos.
Políticos, empresarios, trabajadores y banqueros; sobre todo ellos, causantes de la situación acutal en la que vivimos, donde siguen repartiendo dividendos millonarios mientras familias se quedan sin empleo y empresas cierran por falta de financiación, donde España se paraliza al no conceder créditos ni hipotecas.
¿Cómo es permisible que un banco que concede una hipoteca pueda quedarse el piso ante el impago de una letra y se le siga devolviendo el dinero prestado hasta el final y al final no se quede la persona con él? ¿Cómo es permisible que encima se lo quede por menos dinero si no hay compradores en subasta y luego lo ponga a la venta a precio de mercado? ¿Cómo es permisible que si otra persona que lo avaló con su piso se quede también si él?
Está visto que está permitido el robar con guante blanco y encima hacer negocio a costa de este hecho.

Si por algo Alemania se volvió a levantar para liderar Europa fue por aunar fuerzas, trabajar codo con codo con austeridad en época de crisis y beneficios en situaciones de bonanza económica por amor a la patria (que, a fin de cuentas, todo el mundo pertenece a ella, nos guste o no).
Cojamos el ejemplo y trabajemos juntos siendo realistas, consecuentes y racionales; cambiando el chip mejorando la forma de trabajar y la productividad, guardando si no hay, sacando ese orgullo balonpédico en lo económico y social, siendo un equipo bajo la misma bandera.
Seamos por un tiempo Alemania.